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Tomado de turrilandia.blogspot.com

La mala broma. Notas sobre el día de lucha anticorrupción

Publicado: 2011-12-09

Hoy es uno de esos días en los que no hay mucho que celebrar.  Un 9 de diciembre de 2003 se suscribió en Mérida, México, la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción.  Por alguna extraña razón, el recuerdo que primero me viene a la mente es ver a Fausto Alvarado, por entonces ministro de Justicia, paseándose con un sombrerito yucateco y una guayabera por entre otros delegados en una noche cultural, de esas que suele haber en este tipo de conferencias internacionales.  Él firmó la convención a nombre del Perú al día siguiente.

Varios ministros han pasado desde entonces.  Muchos escándalos han ocurrido también en estos años.  Estos han escalado, de un entorno presidencial de "pirañitas", durante la administración Toledo, donde no faltó el aprendiz de Montesinos, sin la maña de aquel;  a organizaciones mejor articuladas para pelear plata grande, para hacer faenones.  Hace cinco o seis años, un semanario explosivo, el Ollanta, llenaba sus páginas con promesas de fusilar a los corruptos, por traidores a la patria.  Hoy tenemos de presidente a quien inspiró ese nombre -con su anuencia o no-, que llegó al poder alimentando una campaña con tantas expectativas de luchar contra la corrupción como de repartir la gran riqueza que las grandes empresas generan en el país.  Una gran transformación.

Y aún cuando mucho hemos visto los peruanos en cuanto a escándalos de corrupción, poco es lo que se ha hecho en serio en su contra.  En una entrada anterior, comenté sobre lo poco que se ha hecho al respecto durante el gobierno anterior, así que le echaré ahora una mirada a lo que el nuevo gobierno, el que se buscó diferenciar de otros partidos por su honestidad, ha hecho o dejado de hacer.

Primero convendría recordar lo que ofrecía Ollanta Humala cuando era candidato.  Proética hizo una revisión y análisis de su plan de gobierno en esta entrada.  A esas propuestas habría que sumar lo que el presidente dijo al asumir el cargo y lo que agregó el Primer Ministro en su presentación ante el Congreso.  En muy pocas palabras, lo que nos ha propuesto Gana Perú es mejorar la calidad de los mecanismos para detectar, perseguir y sancionar a los corruptos, con particular atención a grandes casos de corrupción.

¿Se ha avanzado sobre ello?  Muy poco.  La medida más prometedora, que fue enunciada por Salomón Lerner ante el Congreso, fue la creación de una procuraduría especial anticorrupción para altos funcionarios.  Sin embargo, aún no se tiene noticias de ella, a menos que se animen a lanzarla hoy día.  Lo que sí se hizo, de lo que Lerner mencionó en su discurso, fue la integración de la procuraduría ad hoc para el caso Fujimori-Montesinos con la procuraduría anticorrupción, así como nombrar a un profesional reconocido y con experiencia.

Y la otra medida en la que se ha avanzado ha sido en el debate en el Congreso de la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción.  Yo soy escéptico sobre esa medida, y me alivió saber que el dictamen no pasó y fue devuelto a comisiones para su estudio;  pero me parece que como gesto de cumplir promesas insignia es importante que se concrete.  Habrá que esperar a ver qué sale.

Del otro lado, es decir del lado de la corrupción, lo que tenemos es sumamente preocupante.  Desde antes de asumir el cargo, ya había ocurrido la extraña visita de Alexis Humala, hermano del electo presidente, a Rusia, reuniéndose con representantes de empresas gasíferas y pesqueras y con el canciller ruso.  ¿Gestión de intereses?  ¿De quién?  Hasta donde se sabe, podrían ser de él mismo, pues está en el negocio pesquero.  ¿Pero y los gaseosos?  ¿Y el canciller?  Mucho quedó por aclarar ahí, y a Alexis lo salvó la campana tocada por los destapes sobre los nuevos congresistas:  en cuatro meses cuarenta congresistas en lista de espera de la Comisión de Ética y quince en la Fiscalía constituye todo un combo.  Lo novedoso e importante, me parece, es que se haya empezado a sancionar.  De acuerdo, son suspensiones (Romero, Chehade y Anicama), pero son las máximas que la Comisión de Ética puede lograr.  Y aún queda esperar por las investigaciones en el sistema judicial, que toman más tiempo, al igual que los desafueros.

En balance, y aquí vuelvo al inicio, no hay mucho que celebrar.  Hasta ahora, la lucha contra la corrupción ha sido una mala broma.  Mala broma, firme:  si el "Comeoro" fue uno de los congresistas que propuso lo de la imprescriptibilidad...

Ollanta aún está a tiempo de enmendar el rumbo.  Si, como parece, lo de la redistribución e inclusión se le complica demasiado, tendrá que auparse en su otro caballito de batalla.  Veremos.


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Corrupción 101

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